Carl Panzram
Cuando hablamos sobre "niños", se nos viene automáticamente la imagen de pequeños infantes corriendo, gritando y jugando. Todos los días los vemos y para nosotros son ciertamente inofensivos. Pero no todo es color de rosa. Una serie de asesinatos realizados por niños han sido registrados a lo largo de los años.
Pero... ¿qué los lleva a matar a tan corta edad? ¿Se pueden creer las acusaciones hacia alguien tan joven? ¿Podría un niño cometer tales crímenes?
A continuación, veremos a los niños asesinos más jóvenes de la historia.
Eric Smith.
A sus 13 años, sufría acoso escolar debido a sus gafas, pecas, pelo rojo y orejas que tenían una forma muy peculiar. Se piensa que estos rasgos físicos podrían ser un efecto secundario del medicamento que tomaba su madre por ataques epilépticos mientras estaba embarazada.
Smith fue culpado de asesinar aun niño de 4 años llamado Derrick Robie. El pequeño fue estrangulado, golpeado en la cabeza con rocas y sodomizado con un palo. Cuando le preguntaron porqué lo había hecho, Smith no pudo dar una respuesta definitiva.
Un psiquiatra diagnosticó a Eric con trastorno explosivo intermitente, que se refiere a cuando una persona no puede controlar su rabia interior. Fue juzgado como adulto y mandado a prisión. Hasta el día de hoy sigue preso y se le ha denegado la libertad condicional 5 veces.
Joshua Phillips.
Su madre fue a limpiar su habitación una mañana después de que Phillips se fuera a la escuela. Ella se dio cuenta de que había un charco junto a la cama de agua de su hijo y pensó que quizá habría una fuga. Mientras buscaba algún agujero que pudiera haberse hecho en la cama, encontró unas bandas de cinta aislante cubriendo lo que podría ser una rotura. Lo primero que pensó fue que su hijo lo había roto y no quería meterse en problemas. Empezó a quitar la cinta y descubrió que detrás había una toalla enrollada, y al quitarla sintió algo más detrás. Ahí fue cuando descubrió el cuerpo sin vida de Maddie Clifton, una vecina de 8 años que llevaba desaparecida 7 días.
Joshua, incluso se había unido como voluntario en la búsqueda de la niña desaparecida. Como era menor de 16 años, no pudo ser condenado a la pena de muerte, pero fue encarcelado de por vida sin derecho a libertad condicional. Hasta el día de hoy, el joven no ha hablado aún de los motivos que lo llevaron a asesinar a la niña. Él dijo que la golpeó sin querer con una pelota de béisbol, esta se desmayo y más tarde se dio cuenta que estaba fría. Asustado, escondió su cuerpo, pero el juzgado no se creyó esta historia.
Jordan Brown.
Al cumplir los 11 años de edad, el padre de Jordan le regaló una escopeta como regalo. Días después tomó la escopeta, asesinó a su madrastra embarazada, y luego, como si nada hubiera pasado, tomó el autobús rumbo a la escuela. La policía dijo que no creían que fuera un accidente aquél acontecimiento pero que estaban investigando los motivos que llevaron al niño a cometer dicho incidente. Se dio mucho de qué hablar cuando se mencionó que esto pudo haberse tratado de un caso de celos.
Una de sus hermanastras, que tenía 4 años, fue en busca de ayuda. Encontró a un leñador y le dijo que creía que su madre estaba muerta. Éste, tras averiguarlo, llamó a la policía, quien averiguó que el autor del crimen había sido el menor. Otra de sus hermanastras, de 7 años, lo delató a la policía diciendo el papel que él pudo haber desempeñado en el caso. Si es hallado culpable, el joven se enfrentaría a una condena máxima de cadena perpetua y una mínima de 50 años.
Son múltiples las causas por las que estos niños han cometido tales crimenes, pero solo ellos mismos sabrán las correctas. En el próximo post, veremos más jóvenes asesinos.
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